Los refrescos y el cuidado de los dientes
¿A quién no le gustan los refrescos? Estas bebidas tan populares son una tentación para la mayoría de personas, pero la verdad es que pueden representar un problema para la salud dental si se consumen habitualmente.
Si somos conscientes de la cantidad de azúcar y de ácido que contienen las bebidas carbonatadas, podremos tomar las medidas de prevención necesarias para evitar que dañen nuestra dentadura.
No estamos hablando de dejar de consumir por completo refrescos, pero sí que
No significa que tengamos que dejar de consumirlas por completo, pero sí que debemos reducir la cantidad que tomamos y, además, extremar la higiene dental.
Daños en los dientes
Los refrescos carbonatados pueden dañar el esmalte de los dientes y debilitarlo, lo que acaba facilitando la aparición de caries.
Su contenido en grandes cantidades de azúcar, ácidos y gases es perjudicial para la salud dental e, incluso, de todo el organismo. Sus consecuencias son especialmente importantes si se ingieren muy a menudo y, especialmente, en la zona de la boca.
Hay que tener en cuenta que, al beber, la boca es el primer sistema que recibe el líquido del refresco de manera directa y, por lo tanto, concentrada. Por lo tanto, sus efectos dañinos son aun más importantes en los dientes.
Ingredientes de los refrescos
El azúcar de los refrescos está diluido y, en consecuencia, no se engancha directamente en los dientes. De todos modos, sigue siendo igual de dañino para los dientes, ya que alimenta los microorganismos y bacterias. Es decir, hace que los dientes se conviertan en mucho más vulnerables.
Las capas de azúcar acumuladas en la superficie de los dientes son el caldo de cultivo ideal para las bacterias, y la aparición de placa dental y sarro. A esto, hay que añadirle el efecto de otros ingredientes que forman parte de la fórmula de este tipo de bebidas.
Igualmente, el ácido fosfórico que contiene este tipo de bebidas es dañino para el esmalte dental, más teniendo en cuenta que el azúcar ya lo ha debilitado. La combinación de ambos elementos es clave para facilitar el inicio del proceso de caries dental.
¿Un factor negativo más de los refrescos? Los de color más oscuro incluyen un colorante químico que también representa un riesgo para la salud dental.
Prevenir el efecto de los refrescos
Como hemos visto hasta ahora, los refrescos tienen un efecto directo sobre el esmalte dental, que es el principal defensor de la salud de nuestros dientes.
Una buena opción para evitar que los refrescos agredan directamente los dientes es beberlos con pajita, para conseguir que pase directamente al sistema digestivo sin pasar demasiado tiempo en la boca.
Asimismo, podemos minimizar el efecto de estas bebidas en la dentadura adoptando un consejo tan sencillo y funcional como enjuagarnos la boca con agua después de habernos tomado un refresco.
Por supuesto, no vamos a dejar de consumir por completo refrescos carbonatados, pero sí que podemos concienciarnos de la necesidad de extremar nuestra higiene dental. El uso de pasta dental con flúor y de colutorios es indispensable para eliminar las bacterias y microorganismos de nuestra cavidad bucal.
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